
Seguramente habéis oido hablar tanto de la lectura fácil como del lenguaje claro. Es fácil que la primera vez que oímos estos términos pensemos que están relacionados o que hacen referencia a la misma filosofía. Lo cierto es que no vamos desencaminados. Tanto el lenguaje claro como la lectura fácil nos facilitan la lectura y la comprensión de nuestro entorno, pero existen diferencias claras entre ambas herramientas. Para aplicar las dos herramientas de la forma más eficiente, es interesante entender cómo funcionan y en qué situaciones nos puede ir mejor una u otra.
En primer lugar, ¿qué es el lenguaje claro?
El lenguaje claro es un estilo de redacción sencillo, pensado para mejorar la eficiencia en la comprensión de los mensajes escritos. Trata de que las personas en general entiendan con facilidad cualquier tipo de texto.
Además del texto, tiene en cuenta su estructura, la edición y el diseño de los documentos. Se caracteriza por el uso de expresiones concisas y claras, estructuras lingüísticas efectivas y un diseño bien pensado que acompañe a ordenar y clarificar el texto. La claridad de los mensaje no supone una simplificación de los contenidos.
En 1979, en Reino Unido se inicia la campaña Plain English para fomentar el uso de un lenguaje menos burocrático y más sencillo en las Administraciones públicas. Una de las personas que más esfuerzos hizo en este sentido fue el jurista John Walton. Walton fundó Clarity, asociación que junto con Plain Language Association International forma el máximo referente sobre el tema.
Hoy en día el Plain Language Movement está extendido por todo el globo y podemos encontrar referencias, guías y buenas prácticas en multitud de lenguas. Una de las mejores referencias en Castellano es la Red Argentina de Lenguaje Claro.
Entonces, ¿la lectura fácil que es?
La lectura fácil es un método de redacción que hace accesible la información y la cultura a las personas con dificultades de comprensión lectora. Es un sistema pensado desde las necesidades de estos colectivos.
Afecta al vocabulario y la sintaxis del texto, el orden y la jerarquía del discurso, al formato, diseño y los elementos paratextuales, como las ilustraciones.
A finales de los años 60 el Gobierno sueco, preocupado por las dificultades que encontraban algunos colectivos para relacionarse con la Administración, inicia un proceso para reformular el lenguaje y los textos con los que se dirige a la ciudadanía. Este interés se extiende por Europa y se desarrollan estudios sobre lo que facilita o dificulta la comprensión de un texto. Estos estudios dan lugar a dos metodologías básicas:
- Las Directrices para Materiales de Lectura Fácil, desarrolladas por la IFLA (Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas), más conocidas como Pautas de la IFLA.
- Las Reglas europeas para hacer información fácil de leer y comprender, desarrolladas por Inclusion Europe, más conocidas como Pautas europeas.
Seguro que conocéis este logo. Es el logo de Inclusion Europe que identifica materiales creados bajo las Pautas europeas.
Estas dos metodologías no solo son compatibles, sino que se han complementado desde el inicio de la lectura fácil. Con el uso y aplicación de ambas hemos llegado a un nivel de desarrollo del método importante. En 2018 se publicó en España la Norma UNE 153101:2018 EX Lectura Fácil. Pautas y recomendaciones para la elaboración de documentos, que recoge tanto las Pautas europeas como las de la IFLA y es seguramente el documento más completo qué indica cómo hacer materiales en lectura fácil. Además, podemos encontrar el mismo documento en lectura fácil como Norma UNE 153102:2018 Guía en Lectura Fácil para validadores de documentos.
¿Cuáles son los colectivos con dificultades de comprensión lectora?
En lo que denominamos dificultades de comprensión lectora podemos encontrar:
- Dificultades para descifrar o descodificar fonológicamente las letras y palabras.
- Dificultades para establecer relaciones gramaticales entre las palabras y completar los tres niveles de procesamiento: léxico, sintáctico y semántico.
- Dificultades en las funciones cognitivas ejecutivas, como la memoria de trabajo, la abstracción, deducción o imaginación.
- Pocos conocimientos previos sobre vocabulario, temática y contexto cultural.
Son muchas y muy variadas las causas que pueden dar lugar a dificultades de comprensión lectora. Entre otras encontramos:
- discapacidad intelectual
- trastorno mental
- trastornos específicos del lenguaje
- daño cerebral sobrevenido
- dificultades de aprendizaje de la lectura
- trastornos del espectro autista
- trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad
- sordera prelocutiva
- sordo-ceguera
- el proceso de envejecimiento
- bajo nivel de alfabetización
- desconocimiento del idioma
- dificultades cognitivas y lingüísticas.
Fuente: Asociación Lectura Fácil
Adaptación del gráfico Guidelines for Easy-to-Read materials.
Bror tronbacke, IFLA Profesional Reports #54. The Hague (NL), 1997
¿Qué es la validación?
Si te has interesado por estos temas, seguro que has oido hablar de la validación. También es muy posible que no te haya quedado muy claro qué implica y por qué se hace.
Como señala la Norma UNE 153101:2018, «la validación es un proceso guiado de evaluación de la comprensibilidad de un documento en Lectura Fácil que tiene que realizarse por los usuarios finales». Las personas que la desarrollan tienen que tener algún tipo de dificultad de comprensión lectora y además conocer la materia. Podríamos decir que es una revisión de experto y de usuario al mismo tiempo.
Se suele realizar en grupos de entre tres y ocho validadores y una persona dinamizadora. El grupo revisa el material, texto y diseño incluido, con el apoyo de la persona dinamizadora que sistematiza la evaluación y emiten una serie de recomendaciones basadas en su conocimiento de la lectura fácil y sus experiencias como personas usuarias.
La validación surge por un interés en la participación social e inclusión de estos colectivos: «no escribas para nosotros sin nosotros». Es una manera de afinar el uso de las pautas y dar mayor calidad a los textos en lectura fácil.
Lenguaje claro vs lectura fácil
A modo de resumen, vamos a ver las principales diferencias y semejanzas entre lectura fácil y lenguaje claro.
1. La lectura fácil está pensada para personas con dificultades de comprensión lectora mientras que el lenguaje claro está pensado para un público general. Lo que no niega que la lectura fácil sea útil para todo el mundo en determinadas situaciones y que haya personas con dificultades de comprensión lectora que se manejan estupendamente con lenguaje claro.
2. El lenguaje claro busca una estructura coherente y se apoya en el diseño para comunicarla, mientras que la lectura fácil exige una estructura muy sencilla, de 2 o 3 niveles jerárquicos máximo en la composición del texto.
3. En la lectura fácil el diseño muestra una especial preocupación por la percepción y la accesibilidad del texto. En el lenguaje claro el diseño busca clarificar y ordenar el discurso.
4. El lenguaje claro utiliza preferentemente expresiones de uso cotidiano y estructura sintáctica sencilla. En lectura fácil se deben evitar las metáforas, frases hechas y tener mayor cuidado con términos poco frecuentes y abstractos.
5. Las normas de calidad y buenas prácticas exigen la validación y revisión de usuario en lectura fácil, en lenguaje claro es recomendable pero no obligada.
Ahora que hemos ordenado qué es la lectura fácil y el lenguaje claro, te invito a usar estas herramientas para comunicarte con tu público, tus clientes, tu comunidad… tendrás la ocasión de vincularte con personas que pueden aportar mucho a tu entorno.